sábado, 14 de junio de 2008

MIEMBROS Y MIEMBRAS

Por lo visto y oido, parece ser una nueva distinción reivindicativa de la mujer en la linea de señoras/señores, compañeros/compañeras, ciudadanos/ciudadanas, diputados/diputadas, ministros/ministras y miembros del gobierno/miembras del gobierno. Indudablemente, más que una simple sinécdoque (la parte por el todo o el todo por la parte) lo que parece subyacer (el meollo) en la nueva proposición miembros/miembras, es un recordatorio de inacesibilidad al descanso en la posición de lucha por la liberación de la mujer frente al crónico dominio del hombre. Y en este punto, en este meollo de la cuestión, no hay nada que objetar, puesto que el bostezo de cansancio que es, a la postre, la única reacción cuando ni de hambre ni de aburrimiento se trata,(según el dicho de las tres causas del bostezo), merece toques de atención de alerta que para serlos tienen que ser disparatados, ruidosos, timbrados, llamativos y picantes a la conciencia para ser efectivos. Lo que ocurre, cuando son tan estridentes las alertas de vigía, es que el bostezo se vuelve sordera e incluso respuesta negativa al socorro de auxilio (de que viene el lobo). Y es que tan parcial es la parte que se toma (el género gramatical), para explicar el todo que se propone (igualdad y/o discriminación positiva de la mujer), que habrá que aprender lenguas, para salir de este cajón de vocabulario reducido al idioma, como le ocurría a Carlos V (ante la reivindicación de los lenguajes como base del imperio), quien empleaba inglés con los comerciantes, francés con los diplomáticos, alemán con los ......... e italiano con las mujeres. Y así todos contentos. No creo que sea una frivolidad lo que se dice, antes más bien un exceso de elitismo.

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