miércoles, 25 de junio de 2008

MANIFIESTO DE INTELECTUALES SOBRE LA LENGUA

"El autor de Ética para Amador ha asegurado que son los ciudadanos quienes tienen derechos lingüísticos, y no los territorios o las propias lenguas. En este sentido, ha agregado que "los políticos de todos los colores siempre han estado jugando" con este asunto y "ninguno de los dos grandes partidos se lo han planteado de forma coordinada y seria"."((ELPAIS.COM 23/06/08)
A lo mejor la seriedad requiere un enfoque diferente. Porque si la argumentación para reivindicar el castellano, falla, salvo mejor criterio, por la base, puesto que las lenguas están en la boca de las personas que a su vez están en un territorio, es sofista partir del supuesto de que el derecho atribuido a la persona prevalece sobre el territorio, como establece la referencia. Si se habla de derecho, se establece una correlación, dependencia de algo sobre alguien. Y desde luego, el derecho a hablar una lengua no puede desligarse de ser oida y hablada en un territorio, de forma que un parlante podría no ser oido en un terriotorio donde no existiera su forma de hablar, su idioma y ningún parlante podría asímismo, renunciar a ser oido en un territorio donde se oye y se habla su idioma. La lucha por la reivindicación de prioridad de una lengua en un territorio es una lucha por el poder sobre el territorio mismo, no una cuestión de derecho de la persona, ni mucho menos una reivindicación de identidad, porque para reivindicar algo tiene que existir la premisa de expresión y de comprensión de lo que se pretende, de forma que el desconocimiento de la lengua en el territorio donde se reivindica su prevalencia es inutil o imposible y la reivindicación en un territorio donde se habla un idioma distinto podrá cercenar la libertad de expresión pero no la de comunicarse en la lengua vernácula. La cultura, el lenguaje, en tanto vehículo de comunicación, no tiene racionalidad, derecho, alguno a imponerse si deja sin comunicación al analfabeto del idioma, precisamente por ir contra su propio objetivo de implantación en el territorio. Si predicamos del lenguaje la categoría de identidad de la persona, al pertenecer a ella, se inscribe en aquellas otras categorías de identidad que como la diferencia de sexo, en este caso, llevaría a establecer un solo sexo, lenguaje, en el territorio que se reivindique, por el sofisma de establecer los derechos linguisticos ajenos, extraños o desligados del territorio y de la propia lengua. -

sábado, 14 de junio de 2008

MIEMBROS Y MIEMBRAS

Por lo visto y oido, parece ser una nueva distinción reivindicativa de la mujer en la linea de señoras/señores, compañeros/compañeras, ciudadanos/ciudadanas, diputados/diputadas, ministros/ministras y miembros del gobierno/miembras del gobierno. Indudablemente, más que una simple sinécdoque (la parte por el todo o el todo por la parte) lo que parece subyacer (el meollo) en la nueva proposición miembros/miembras, es un recordatorio de inacesibilidad al descanso en la posición de lucha por la liberación de la mujer frente al crónico dominio del hombre. Y en este punto, en este meollo de la cuestión, no hay nada que objetar, puesto que el bostezo de cansancio que es, a la postre, la única reacción cuando ni de hambre ni de aburrimiento se trata,(según el dicho de las tres causas del bostezo), merece toques de atención de alerta que para serlos tienen que ser disparatados, ruidosos, timbrados, llamativos y picantes a la conciencia para ser efectivos. Lo que ocurre, cuando son tan estridentes las alertas de vigía, es que el bostezo se vuelve sordera e incluso respuesta negativa al socorro de auxilio (de que viene el lobo). Y es que tan parcial es la parte que se toma (el género gramatical), para explicar el todo que se propone (igualdad y/o discriminación positiva de la mujer), que habrá que aprender lenguas, para salir de este cajón de vocabulario reducido al idioma, como le ocurría a Carlos V (ante la reivindicación de los lenguajes como base del imperio), quien empleaba inglés con los comerciantes, francés con los diplomáticos, alemán con los ......... e italiano con las mujeres. Y así todos contentos. No creo que sea una frivolidad lo que se dice, antes más bien un exceso de elitismo.